Del
modelo disciplinar al modelo dialógico
1.- En mi
centro siempre ha existido el modelo disciplinar, pero con cierta flexibilidad.
Desde el año pasado, con la creación de la figura del mediador (que yo
represento, por cierto), el modelo está cambiando al modelo de ese nombre,
mediador. Creo que está siendo muy positivo y este año hemos comenzado haciendo
que los alumnos se impliquen en la elaboración de normas y sanciones. El de
mayor peso ahora está siendo el modelo mediador y ya el año pasado se utilizó
en diversos conflictos y tuvo una buena acogida. En los últimos años también se
potenció la figura de los delegados y la creación de los círculos de
convivencia, alumnos que ayudan en la resolución de conflictos, detección de
problemas y acogida a los nuevos alumnos. Sería deseable llegar al modelo
dialógico, pero hoy por hoy tendríamos que mejorar en la implicación de las
familias. También hemos avanzado en la implicación del personal no docente para
los recreos durante la hora de comedor o en las horas de guardería y estudio.
2.- El modelo está siendo muy bien aceptado y
desde que se conoció esta nueva figura, me he encontrado con alumnos que me
comentan problemas o situaciones que anteriormente nadie conocía o se
comentaban a la Jefatura de Estudios. Ahora parece que hay una mayor confianza
para detectar y comentar casos que antes quizá no se conocían.
3.- los principales inconvenientes son los que
proceden de no haber gestionado las normas o sanciones. Es un hecho claro que
los alumnos no comprenden la norma y no la asumen si no han sido partícipes en
su elaboración. El mediador es una figura aceptada, pero el inconveniente es
que las normas vienen de fuera y aunque se acepte la mediación y la resolución
del conflicto, al final las normas son algo ajeno con lo que pueden o no estar
de acuerdo y no lo asumen de buen grado.
4.- Yo creo que se podría avanzar, sin ninguna
duda siguiendo con lo que se ha iniciado este año, con la participación de los
alumnos e implicando a las familias y otros actores (personal no docente);
sobre todo a las familias que deben participar para entender la norma y así
conseguirán que sus hijos la asuman como algo normal. Creo que con este modelo
dialógico, difícil de lograr, pero muy interesante, se centraría todo mucho más
en la prevención que en la intervención.
Aprendizaje
y convivencia
1.- Creo que el modelo seguido en mi centro es
el streaming, grupos homogéneos, pero con desdobles y refuerzos que están
basados en las necesidades educativas especiales de un grupo reducido de
alumnos. Sería interesante llegar al de inclusión pero no lo hay realmente.
2.- Se justifica por las necesidades de los
alumnos y por la falta de recursos. Ahora mismo desde la administración sería
imposible tener más profesores aunque según hago la reflexión, me doy cuenta de
que sí tenemos desdobles y si no estoy entendiendo mal la idea de inclusión,
sería tan sencillo como mantener a todos los alumnos en el mismo aula y a los
dos profesores, el de la materia ordinaria y el de desdoble juntos de modo que
los alumnos no se sienten excluidos. Estoy acertando? Creo que así sería.
3.-
Efectivamente hay agrupamientos homogéneos en mi centro. De hecho todos
son así porque aunque haya desdobles o refuerzos, los grupos son homogéneos en
cuanto a niveles de rendimiento. Además tenemos un grupo de PMAR, que vuelve a
ser otro grupo homogéneo con las mismas necesidades, pero fuera del grupo de
referencia en muchas clases.
4.- No hay agrupamientos heterogéneos de tipo
inclusivo, ni creo que pudiéramos tenerlos con los recursos que proporciona la
Administración, ni con el espíritu propio en el que se inspira la LOMCE, pues
desde lo que propone, se crean grupos de PMAR y a edades más tempranas que con
la LOE. Con estos grupos se está “segregando” a los alumnos a una más temprana
edad y condenándoles a seguir por el camino de Bachillerato o de módulos de
grado medio, ya en cuarto de ESO. En fin un desastre en mi opinión.
5.- Sí
realizamos diversas actividades relacionadas con la convivencia. Por un lado, a
mediados de octubre cuando ya están bien constituidos los grupos, nos vamos
juntos todos los profesores y alumnos de la etapa ESO o por otro lado, otro día
los de Primaria, a pasar un día de convivencia en otro lugar fuera de nuestro
colegio. A partir de ese día y de una jornada con juegos y dinámicas de grupo y
algún momento de reflexión, en las semanas siguientes, procedemos en las horas
de tutoría a la presentación de la necesidad de que haya delegados y círculos
de convivencia. Se presentan candidaturas, se establece un día de elecciones,
etc. Durante el año, normalmente una vez al trimestre, tenemos una reunión con
los representantes de los alumnos (delegados, subdelegados y círculos de
convivencia).
Aparte de la convivencia de principio de curso y
las tutorías para elegir delegados y círculos, tenemos la elaboración de
sociogramas y la aplicación de un programa que iniciamos el año pasado,
proporcionado por la Comunidad de Madrid y que se llama Sociescuela, mediante
el cual los alumnos contestan un cuestionario online y nos da una imagen del
panorama en el aula. Nos sirve para la detección de bullying, los alumnos menos
aceptados o marginados, grupos de trabajo, afinidades, etc.
Por último, a final de curso hay una excursión
promovida por el AMPA, para profesores y familias aunque a veces no tiene mucho
éxito, sobre todo entre los profes que siempre ven a los padres como
“inquisidores” que pueden juzgar su trabajo o hacer preguntas sobre la marcha
de sus hijos. Ah, se me olvidaba, desde hace un par de años, en el segundo
trimestre, en marzo o abril, dependiendo de las vacaciones de Semana Santa,
abrimos nuestras puertas a las familias en la llamada Semana Cultural, en la
que los aprendizajes, proyectos, etc son compartidos entre profesores, alumnos
y padres. Y como el inglés está tan presente en nuestras vidas, en Halloween,
también ese día por la tarde hay apertura de puertas para los padres. Y en las
extraescolares, y en el deporte…
Después de esta reflexión me estoy dando cuenta
de que siempre se puede mejorar, pero que tenemos muchas cosas en nuestro cole.
Y todas ellas, por supuesto, ayudan a la mejora de la convivencia.
6.- Creo
que se hace poco, pero en algunos casos, agrupando a alumnos de modo
heterogéneo para la realización de proyectos, el trabajo cooperativo da sus
frutos. En los proyectos de diversas áreas trabajando en equipo, los alumnos
son agrupados de modo heterogéneo, basándonos en sociogramas y consiguiendo una
mezcla en la que trabajan juntos alumnos con muy diferentes ritmos de
aprendizaje. Y así trabajan en los aprendizajes instrumentales, pero también en
valores y se pueden ayudar unos a otros.
Convivencia
y Participación Familiar
1 y 2.-
En mi centro prevalecen las participaciones informativa y consultiva. La
informativa a través de asambleas del AMPA, reuniones generales de padres (2 al
año) y tutorías individualizadas. La consultiva se da, a veces, mediante los
órganos de gobierno como el Consejo Escolar y con encuestas y formularios
online que nos aportan una información bastante valiosa, con propuestas de
mejora que sirven a su vez para elaborar los objetivos del curso próximo.
3.- Las principales barreras son el temor a una
mayor participación de las familias por el
poder decisorio que pudieran obtener y la falta de formación, tanto en
las asociaciones de padres y madres, como en el profesorado; seguramente muchos
docentes no conocen estas posibilidades. Por otro lado, los espacios son una
gran barrera en un centro pequeño con no muchas instalaciones. Falta de
diálogo, apertura y formación.
4.- Para ampliar esta participación existen oportunidades.
Deberíamos ampliar los espacios para el diálogo, por ejemplo, durante la semana
cultural, pueden actuar en lugar de venir sólo a ver lo que hacen sus hijos. A
veces, para los proyectos que tenemos vienen a ayudar con sesiones de expertos
en algún tema. Sin embargo, creo que la mejor manera sería asistiendo a una
formación conjunta con el profesorado para comprender cuál sería el rol
docente, de profesores y familias y otra oportunidad serían las reuniones de
padres, haciéndolas no tan informativas, sino más participativas.
Diálogo
y Deliberación
1.- Aunque es algo escaso, sí hay interacciones
basadas en el diálogo igualitario. Por ejemplo, en las pequeñas asambleas entre
el coordinador de convivencia y los delegados y miembros de los círculos de
convivencia, en las tutorías para establecer las normas de convivencia, etc.
Con las familias siempre dentro del Consejo Escolar.
2.- Creo que esas pequeñas asambleas una vez al
trimestre y algunas de las tutorías son contextos perfectos para que se dé ese
diálogo igualitario. De hecho, se ha llegado a determinados acuerdos sobre
normas y otros aspectos de la convivencia que han salido de esas reuniones.
Falta trabajar más ese diálogo igualitario entre docentes, familias y personal
no docente.
3.- Esas interacciones se basan en el diálogo
igualitario porque se dan entre docentes y alumnos y muy pocas veces con
familias y personal no docente. Es igualitario porque se establece entre
docentes, alumnos con menor preparación y algunas familias (pocas veces) que
pueden no tener una gran formación académica.
4 y 5.- Los espacios son algún aula de reuniones
y el centro, nunca hemos tenido nada fuera del centro, con la comunidad.
Últimamente se está intentando hacer una mayor publicidad del centro a través
de las redes sociales para promover nuestro centro y creo que estas redes
serían un espacio perfecto para establecer diálogos igualitarios, pero hoy por
hoy no los hay fuera del espacio escolar, en el colegio.
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